martes, 16 de diciembre de 2008

AN Y LA NAVIDAD

El grito de An partió en dos el silencio de la madrugada. Cuando acudí, ella estaba todavía sentada frente al monitor de la PC. Ella se tapaba la cara con las manos y meneaba la cabeza negativamente, como si en la pantalla hubiese aparecido algo horroroso, imposible de soportar.
-¡¡Te mato!! Escribiste sobre mí -dijo marcando cada sílaba y dejando entrever algo de su rostro entre los dedos abiertos.
An estaba aburrida y se puso a espiar este blog y en uno de los post descubrió su nombre: An.
En ese momento supe que la noche se alargaría inevitablemente y batí nescafé, y ella leyó.
Ella, que es implacable. Ella que es impredecible, certera y despiadada con las críticas no dijo nada. Pero yo sabía lo que pensaba, la conozco bien, por eso me reí.
¿Así soy yo? -preguntó sin mirarme
- Sí...Bue... Más o menos.
Siguió leyendo, se tapó la cara un par de veces, meneando la cabeza. Dijo "sos malo". Se levantó de pronto y me dio un beso.
Bebimos el café. Hablamos largo. Bebimos whisky. Una luz se encendió en algún lado, intima, sobre el oscuro de la noche.
Todavía no sabemos con quien pasaremos la Navidad. Nos invitaron los Achaval, los Larreta, pero An ni piensa en reunirse con viejos cagados en guita que se ponen a evocar el pasado.
La comprendo. Yo a su edad pensaba lo mismo.
Lo que An ansía con toda el alma es comprarse un vestido rojo que vio en una boutique de Palermo, teñirse el pelo e irse con Isabel a la casa de Patricia, en Nordelta. Dice que quiere mirar como la luna se refleja en el río a medianoche. Dice también que quieren estar las tres, mirando esa luna, abrazadas y con una botella de champán entre las manos, y después tirarse a la pileta, vestidas, y totalmente borrachas.
Me sirví otro whisky.
Pienso que hablaré con mi amigo Rodrigo, o con Esteban. No sé. A lo mejor a alguno de ellos se les ocurre algo que hacer.

No hay comentarios: